Tenemos nuestros juegos que cada día los llevamos
a cabo, ponemos nuestras reglas pero las rompemos
cuando quieras.
A veces pienso que todo aún puede salir mal,
cuídame hasta alcanzar algún mejor lugar.
Desde ahí, yo te cargaré hasta llegar a casa.
Por eso, no te calles al comenzar a hablar,
ya no te tropiezes al caminar, algún día estaremos
allá.
¿Qué tanto nos falta por caminar? Solamente,
es cuestión de esperar.
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