La mañana cambia de color,
mientras la gente va y viene ni cuenta se dan
si apenas me voy o ya regreso.
Mientras tu duermes segura yo espero una hora adecuada,
de poderme hacer saber que ya te espero y me arranco un brazo
porque me desespero.
Pero camino, no me queda de otra,
camino porque se me entume el cuerpo
y debo estar listo para cuando llegues.
Y te abrazo y te beso,
te desnudo en mi imaginación
y te hago el amor haciéndonos llegar al cielo.
Así es que no permanezcas mucho en un solo lugar,
viaja conmigo y di que te retiras sola,
para que no sospechen del encuentro anunciado,
aquel que habíamos planeado en otros tiempos.
Y no te sonrojes al decir que me amas,
que no me quedará otra cosa que hacer que besarte los labios
y escucharlo de nuevo.
No te canses de decirlo.
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