viernes, octubre 22, 2004

   La claridad del cielo nos molesta, cuando llueve
es cuando preferimos jugar.
Nos buscamos nuestra sombra, alejados de los sonidos
citadinos de cada enorme ciudad.
Me encariño con tus palabras, tu rostro me habla
de lo que me ofrece y tus ojos sobre mi pasado.

Puede ser que no sepa mucho, pero se donde debo estar.

   Dime a donde vas y te diré que ahí te encontraré,
si vienes aquí, tan fácil como esperarte. No quiero que cambies
de parecer, sigue tus pasos, prefiero alcanzarte
y encontrarte sonriendo.

   Pero lo tengo que decir, estoy cansado de morderme los labios
y sangrar, prefiero que me muerdas tú.

Con esta razón para cambiar todo lo que había construido,
quitar todo lo que no me sirve y agreagar a todo tu nombre.

¿Dónde estas para irte a encontrar?