viernes, febrero 08, 2002

El reloj me marca las diez pasadas de un nuevo día, sigo despierto, delirando, tal vez inventando viajes moderno, de esos buscados desde el comienzo.

Acompañado y hasta guiado por una mano que representa algún posíble futuro.

El reloj me amrca lo realmente viejo que me estoy conviertiéndo, olvidando, tal vez complicando asuntos tan lejanos, de esos que tengo y evítan mi diversión.

Acompañadop y tal vez de lado a lado con una mano que representa un posíble futuro.

Y me vuelve a inspirar, cansado del agua me ofrece de su vino, tan lejano, tan extraño, justo lo que necesítaba esta alma vagabunda.