domingo, febrero 24, 2002

Me callo y me quedo con el recuerdo,
mañana posiblemente sea otro día igual de
viejo.

Cada mañana me levanto para camínar
y procuro tenerte en mente para llegar hasta
que anochezca.

Y siéndote cómodamente sincero, mi mal estar
queda en segundo plano y entonces así espero que me encuentres,
quemado hasta el centro pero no muerto.

Piénsame ya en compañía tuya, tan lejano,
nunca lo suficientemente cera, estás en tu propia clase,
me haces creer, tal vez, en algo que tu y yo podamos cumplír.