sábado, octubre 23, 2004

   Son mis malos hábitos de escritura,
esta tendencia de hacer todo permanecer
en hojas de papel.
   Pero el ayer me acosa, mientras vivo
el presente y el futuro me espera.
   ¿En qué puedo confiar cuando cada
paso que tomé con fe me traicionó?

   Fue entonces que apareció cierta
figura, una de piernas fuertes, de
bailarina.
   Pisando fuerte con sus pies ligeros,
levantando el polvo de la tierra como
si estuviera volando.

   Son estos falsos pronósticos, los
que me mantienen regresando a la
calidéz de sus brazos.
   Promesas por personas que no
entienden la diferencia entre construir
un futuro y robarse uno.
   ¿Qué puedo hacer si no los entiendo?

   Mientras tanto, me recibe cierta
figura, una de cuerpo blanco, cabello de
fuego.
   Iluminando la recámara con tu fuego
tan acariciante, las sombras bailan
mientras nadie te entiende.

¿Para qué salir a que me del sol,
si lo encuentro dentro de tu corazón?
¿Para qué buscar el firme de mi futuro,
si ya lo construyo a mi alrededor?

   Son mis malos hábitos de recorrer
tu recuerdo con palabras, cuando debería
recorrer tu cuerpo con mis manos.
   Pero la distancia me impide saber como
despiertas solas en esta misma espera.
   ¿En qué mundo estamos que es tan
grande que no me permite verte?