Me es difícil recordar qué es exactamente lo que me amarra y estanca mis pies en esta mezcla de tierra y lluvia.
   Las personas que conozco y las que no recuerdo forman una vitrina sucia de una vida que nunca a sido segura.

Me dicen que me cantan loas suertes, que los dados cayeron en mi campo y me ofrecieron el juego, pero es la mala costumbre que aquellos que se quedan que piensan que el que se va es el de la mano afortunada.

   Me he ido y he regresado. He vivido y he muerto y en cada ocasión he deseado lo contrario. No todo me llena pero casi todo me deja vacío.

¿Qué hace el hombre al que no me hace a mí? ¿Quién es la mujer si no es ella? Todo lo mío lo he entregado para que lo carcoma la distancia solo para curar las heridas con cada caducado regreso.

   No lo se. No me se y te dejo de conocer. Desconozco mi cuerpo y el tuyo en mis temores lo has compartido.
   Los silencios y con las palabras que conozco me abandonas solo para llenar esos espacios de páginas blancas.

¿Qué es lo que te hace a ti y qué es lo que no puedo encontrar para hacerte estallar? El candado mas complicado es el cuerpo que mas he codiciado. Con el que te he visto llorar y pedir más.

Pide mas, te lo pido por favor.

   Lloro solo cuando llueve para que no te des cuenta de las lágrimas mientras la lluvia deslavami cara, arranca todo lo que escondo y te lo deja a tus pies.
···Me tienes miedo desde el día que te hice daño. Temes que sea mano lo haga de nuevo.

Temo lo mismo, temo lo peor.