lunes, abril 01, 2002

Cuando llega algún cambio, todo parece
dejar su lugar, tal como la delgada línea
de una memoria desgastada, nada se va
sin antes dejar algo atrás.

Y ahora sobre todo está esta eterna queja
de un malestar, tan parecido a la crueldad
de esta enorme ciudad, que tiene para todos
y aún así nos da más.

Pero aún así este hombre delgado sigue aquí,
adquiriendo frialdad y a ella este desprecio, pero aún
así paso a travez de todo y llego al desierto,
para encontrarme de nuevo.

Y aún aquí espero un cambio, repentino e inesperado,
tal como el que podría brindar algún extraño cataclismo,
nada increible, solo algo que cambie el ritmo.