martes, febrero 22, 2005

...en donde

   Ahora me dicen que no me puedo quejar, que no puedo tomar el silencio hacerlo mío y convertirlo en palabras.
   Ahora no tengo derecho a decir que no estoy bien solo porque miles murieron en tierras que desconozco, ahora tengo que agradecer y nunca quejarme.

Si he perdido mis derechos a sentir asco y suciedad ¿Cómo puedo disfrutar el hecho de que algún día alguien me va a matar?

¿Acaso también pierdo mi derecho a desear?

   Me dicen que hay un lugar sobre el cielo y otro debajo del infierno donde nada hay, ni luz ni obscuridad, ni algo que se pueda describir con palabras.
   Mas allá de donde las nubes descansan y mas profundo que cualquier demonio, es cualquiera de esos lugares quieroestar, porque ahí estaré solo yo y nadie mas me decepcionará, aunque tarde o temprano lo haga yo, solamente seré yo.

   Sin color pero brillante, algo claro pero opaco, callado pero que me mate, es todo lo que estoy buscando para que en ese último segundo antes de morir pueda ver que ya no hay nubes nublando mi pensamiento.

   El olvido y el recuerdo, uno reemplaza al otro, en cuanto uno nace el otro muere, siempre tenemos que ser grises sin encontrar lo que nos complete.

   Sí, he entregado mis derechos a ser malvado pero nunca quise ser algo divino, es el hecho de no querer saber nada de nadie lo que me atrajo al punto medio.

Mi idea cruda de una vida sencilla, lo mejor que esto hubiera sido si cierta vida no hubiera existido, el aire que no hubiera sido respirado, las palabras que nunca habría escrito, nadie las hubiera extrañado. Nunca nadie ha notado que algo hacía falta en estas páginas

   Es la obscuridad con su manera de alcanzar los lugares que mas me interesan, los rincones mas escondidos donde nadie me podría encontrar, son un asilo temporal porque alguien mas querrá ocupar mi lugar.

   Lo cual es cosa que no encuentro, mi lugar, cuando solo soy un reemplazo y no duro mas que el tiempo y de lo que mi cuerpo está programado. Soy un contrato que no busca renovarse, soy una pieza de arte que prefiere el anonimato que mostrarse.
   Soy aquello que no reconocí el día que desperté y, simplemente, creí.

Dicen que hay un lugar en el cielo donde las nubes son el suelo y los arco iris son de ladrillo, el mismo lugar debajo del infierno donde el frío nunca quiebra los cuerpos, cualquier lugar donde pueda volar o me pueda sentar es un buen lugar para morir.

Un lugar donde el desvelo no sea obligatorio y el cuerpo no sea tan fácilmente roto, un lugar donde me pueda quejar mientras otros viven peor que en mis sueños...

...en donde no me molesten los sabios...
...en donde me moleste menos mi vida que la vida de otros...
...en donde nada esté definido en una palabra...
...en donde todo quepa en una página...
...en donde no tenga que ser yo todo el tiempo...
...en donde pueda demostrar que no soy tan grande como yo creo...
...en donde estés tú y el resto del mundo esté muerto.


Febrero '05